Se sienten los elegidos de Dios

Columna

El Puercoespín

“Hola, buenas tardes, hoy tengo una pregunta seria para todos esos pendejos aplaudidores de López Obrador que acudieron a despedirlo al Zócalo. Quiero que me diga alguien, por favor, en qué se han beneficiado, por qué consideran que este señor es el mejor presidente de México.

Lo pregunto, porque he visto videos y videos y videos de gente llorando en el Zócalo que se ve muy jodida que se ve muy acarreada que se ve muy pinche hambrienta. No veo que haya mejorado en nada su pinche condición de jodidos.

Díganme, pues, entonces, en qué mejoró su condición sus pinches circunstancias de muertos de hambre ¿en qué?”

El anterior es un breve discurso que difundió a través de la red social X, antes Twitter, Juan Pedro García Martínez, operador político del PRI en el Estado de México.

Juan Pedro abandonó la Unidad Revolucionaria del PRI debido a que no congenia con el pensar del partido en la actualidad, así como quien los lidera (Alejandro Moreno).

Lo expresado por este tipo en el video es un paradigma brevísimo que expresa la decadencia de la derecha y específicamente del Prian.

Morena ha cometido muchos errores; sin embargo, la gente le otorga su confianza cada vez en forma más amplia gracias a las actitudes como las de este tipo de políticos.

Juan Pedro García en su discurso sintetiza la línea política que en cada sesión del Senado expresaron sistemáticamente las senadoras Kenia López Rabadán, Lilly Téllez y Xóchitl Gálvez y en los medios lo hicieron Marko Cortés y Alejandro Moreno.

Este grupo de políticos hicieron del insulto su materia prima para conseguir votos, pero finalmente terminaron siendo antipropaganda.

Renunciaron a pensar un programa alternativo al movimiento de la 4T, creyeron que con sus reiteradas críticas e insultos terminarían convenciendo a la mayoría de los ciudadanos. Nunca entendieron que su discurso es vacío, insultante, discriminador y carente de una mínima idea programática. El programa nunca llegó a los ciudadanos y los votos nunca les llegaron a ellos.

Al uso oficial por el Prian del discurso de posverdad le añadieron el insulto clasista y racista proyectando la idea que ellos, la derecha, está designada por Dios para gobernar.

En la última disputa política, es decir, en la reforma del Poder Judicial Federal todos pudimos ver múltiples mensajes donde se tergiversaban los contenidos de la reforma.

A mi me llamó la atención el mensaje de una mujer que hablaba de su preocupación de que un mesero, un albañil, un carpintero, un mecánico pudiera llegar a ser juez, magistrado o ministro porque, según ella, podrían inscribirse en la elección popular. Una idea falsa y estúpida que lo único que hacia era insultar la inteligencia de quienes lo vimos y escuchamos, pero lo verdaderamente sorprendente es que ideas de este tipo fueron utilizadas en las pláticas cotidianas por gente inteligente, preparada académicamente e informada. La gente de la clase media hizo suyos estos argumentos, y lo peor, terminaban denunciando en el corro de amigos que eran víctimas de polarización y finalizaban pidiendo a sus interlocutores que abrieran sus ojos ante la dictadura en ciernes.

El Prian entró, sin darse cuenta, en una espiral descendiente a gran velocidad, que tiene al PRI en un proceso de liquidación y el PAN en los índices más bajos de aceptación popular.

Movimiento Ciudadano debería ver en el espejo del Prian su futuro. Movimiento Ciudadano tiene ante sí la oportunidad de convertirse en la oposición que la sociedad busca para establecer equilibrios. 

El Prian decidió no debatir la reforma al Poder Judicial Federal, decidió aumentar y acelerar la propaganda de la posverdad y los resultados los tenemos a la vista.

El insulto racista solo expresa la frustración, el complejo de inferioridad, la desesperación y la angustia de la derecha porque el poder se le está yendo de las manos.

Morena tiene en el Prian la oposición que todos quieren tener. Morena puede seguir cometiendo todos los errores del mundo, pero la actitud y la práctica política del Prian le garantizará mantenerse en el poder.

Juan Pedro García expresa en su discurso mínimo todo el odio de quien se siente elegido por Dios, toda la frustración de quien fue desplazado de algo que siente suyo y de nadie más.

Juan Pedro García sintetiza el pensamiento de un grupo político decadente que se les olvida que estuvieron 34 años en el poder y empobrecieron a millones de gente, las condenaron a la miseria y hoy quieren volver al poder para brindarles más de lo mismo.

Juan Pedro García, es el producto de la propuesta política de Lilly Téllez, Kenia López, Xóchitl Gálvez, Marko Cortés y Alejandro Moreno, y como él existen miles en las redes sociales y millones en los corros de amigos de los miles de vecindarios del país. 

Juan Pedro García sintetiza el odio, la frustración y la miseria del pasado de 34 años de neoliberalismo y con esos enemigos políticos Morena podrá seguir cometiendo errores porque el enemigo es muy frágil y torpe.

Juan Pedro García es el modelo de político de derecha que se cree dueño de la verdad, los sentimientos, la cultura y el conocimiento. Fuera de su ser no existe más gente, los demás son cosas manejables y manipulables. Por lo anterior, Juan Pedro, no entiende ni nunca entenderá a la gente que fue al Zócalo el pasado 15 de septiembre.