Columna
El Puercoespín
En un texto publicado por Heidi de León Gutiérrez en este diario titulado Destinan 66 mil pesos a la prevención de accidentes, dice textualmente: “A pesar de la grave situación, el Consejo Estatal para la Prevención y Atención de Accidentes tiene un presupuesto anual de tan solo 66 mil 827 pesos, es decir, aproximadamente 5 mil 568 pesos al mes, lo que resulta insuficiente para impulsar acciones de prevención vial a gran escala.
Las principales causas de los accidentes de tránsito en Colima, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), son el exceso de velocidad, la distracción al conducir, la falta de señalización adecuada, y el consumo de alcohol. En el caso del fatal accidente registrado en la carretera rumbo a Cihuatlán, ocurrido la madrugada del domingo, las causas aún no se han esclarecido.”
Como puede observarse según las estadísticas del Inegi es el conductor el principal responsable de los accidentes automovilísticos, pero hay una causa que me llamó particularmente la atención: la falta de señalización adecuada.
No necesita uno ser muy observador para detectar el pésimo diseño de las vialidades en nuestro país y nuestro estado, en sus principales zonas metropolitanas, no es la excepción. Las conexiones de las vialidades de alta velocidad con las vialidades secundarias, es decir, los accesos a las colonias son unos verdaderos rompecabezas, parecería que a propósito las conexiones se hacen de lo más complejas y hechizas, que uno imagina que pretenden complicar la vialidad; pero no, se trata de ahorrar dinero y no invertir en las causas de utilidad pública.
Las conexiones en muchos casos son desafíos a una circulación normal, además la incorporación y desincorporación a las vialidades de alta velocidad son verdaderos pasos de la muerte. Los diseñadores viales son unos perversos.
A lo anterior hay que agregar que la señalética en las vialidades ni siquiera llegar a ser básica, el conductor debe ir adivinando como irse ubicando en las líneas de tránsito y sus próximas incorporaciones y desincorporaciones, en su caso, límites de velocidad, entre otras, son casi excepcionales.
La señalética es excepcional y no la regla. Y cuando te multan, entonces sí, aparecen todas las señales restrictivas.
Los chavos de hoy, y también muchos de mis compas los viejitos, no saben ni como tomar una rotonda (glorieta) y hasta usan el claxon cuando alguien lo está haciendo correctamente. Yo no he visto en colima ninguna señalética que instruya, por ejemplo, como abordar y transitar por una rotonda.
La señalética está tan ausente de las vialidades que quizá muchos nos sorprendimos en las recientes restauraciones de las vías rápidas como son las avenidas María Ahumada de Gómez, Tecnológico, Sevilla del Río y Camino Real que hasta las líneas sobre el pavimento se veía raras, cuando debería ser algo normal y cotidiano.
Tan irresponsables son los gobiernos municipales y estatal que la señalética no está en muestras preocupaciones porque los baches son la prioridad.
Otra manera típica de resolver un crucero complejo es colocar boyas o reductores de velocidad en lugar de un semáforo. Boyas y más boyas son la solución. Entre las boyas y los baches queda todo desvencijado tu auto.
Si el gobierno destina 5 mil 568 pesos al mes para prevenir los accidentes, usted amable lector pondere el problema, pues, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2020 se registraron alrededor de 301,678 accidentes de tránsito en zonas urbanas, de los cuales 3,826 personas fallecieron en el lugar del accidente, lo que equivale al 1.1% de los incidentes. Además, 71,935 personas resultaron heridas, lo que representa el 17.6% de los accidentes reportados.
Cuando veo estos ejemplos del nulo valor de la vida de los ciudadanos para los miembros de los gobiernos estatal y municipales uno entiende luego que estas generaciones de muchachos no les interesa los más mínimo construir políticas de gobierno para prevenir los accidentes como es el caso.
Los accidentes pueden ser evitados, eso es lo grave: el diseño de vialidades, la señalética, la educación vial y campañas de disminuir el consumo de alcohol no requiere sino voluntad política y un poquito de talento, porque los técnicos existen.
Yo concluyo que carecen de talento, de voluntad política y capacidad técnica, pero de los miembros de la sociedad política que solo piensa en cobrar y hacer negocios.
Dedicar anualmente una cantidad similar o menor a un salario de un funcionario público para evitar los accidentes automovilísticos es una verdadera bofetada a los ciudadanos y comunicarnos que nuestras vidas les importan nada.