La educación a distancia, empleada para no dejar a nadie atrás a consecuencia del confinamiento por la pandemia sanitaria y Covid-19, creativamente con el liderazgo y esfuerzo de docentes y estudiantes, la escuela y sociedad, implementaron diversas estrategias metodológicas, didácticas, tecnológicas y comunicativas para mantener el sistema educativo bajo esta modalidad, la comunicación y el desarrollo de las actividades. Dichas acciones, permitieron conocer las áreas de mejora a considerar en lo sucesivo para brindar una educación de calidad y generar políticas educativas que promuevan la equidad e igualdad de oportunidades de superación académica, apoyen a disminuir el riesgo de abandono escolar y rezago educativo.
En los meses de octubre y noviembre de 2021, la Secretaría de Educación Pública (SEP) en colaboración con la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) y la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), aplicaron la “Encuesta Nacional Covid-19: La Comunidad Estudiantil ante la Emergencia Sanitaria” a 590,707 estudiantes de licenciatura y 44,422 de bachillerato, pertenecientes a 618 instituciones educativas, de las cuales solamente se obtuvo 273,177 respuestas, es decir el 46.2%.
Los resultados encontrados son relevantes y significativos, por lo que permiten conocer las dificultades que enfrentan los estudiantes de estos niveles educativos al estudiar durante la pandemia. De igual manera, es posible identificar aspectos que se pueden mejorar desde el diseño de políticas públicas y la puesta en marcha de programas que atiendan los problemas que se identificaron.
En el aspecto de becas, el 25% de los estudiantes señalaron contar con una beca federal, el 64% de los alumnos de instituciones privadas tienen una beca que les permite pagar su colegiatura. En relación con el empleo, 23% de los estudiantes encontraron un empleo y el 26% está en busca de uno. La jornada laboral de los estudiantes es de 24 a 48 horas a la semana. El anterior dato resulta preocupante, ya que puede ser un factor de riesgo en los estudiantes, al tener poco tiempo para realizar sus actividades académicas.
Referente a la economía familiar durante la pandemia, más de la mitad de los estudiantes señalaron que la economía de su familia empeoró, y de estos, el 15% mencionaron que la problemática financiera se originó por la muerte de un familiar a causa de Covid-19. Por otra parte, el 4% de los estudiantes afirmaron que sus familias perdieron su principal fuente de ingreso durante la contingencia sanitaria.
En cuanto a la situación académica, la mitad de los estudiantes (50%) opinaron que su situación académica empeoró durante la pandemia, al contrario, el 18% indicó que su situación fue mejor. En relación al tiempo que dedicaron los estudiantes para sus clases, el 26% señaló que entre 4 horas o menos al día. Referente a la comunicación entre compañeros, el 58% afirmó que es limitada o nula.
Un tema importante, es la salud emocional, el 56% de los estudiantes presenta ansiedad, 7% manifiesta problemas de depresión, 63% presentan signos de estrés y el 24% señalaron que necesitan apoyo profesional para tratar problemas emocionales que les produjo la pandemia.
Acerca de la deserción escolar, el 10% considera una posibilidad el abandono de sus estudios, siendo los alumnos de los estados de Ciudad de México, Durango, Guerrero, México, Michoacán, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tlaxcala, Veracruz los que señalaron tienen mayores probabilidades de abandonar sus estudios. Es importante señalar que las instituciones privadas versus las públicas son las que tienen un mayor porcentaje de alumnos en riesgo de desafiliación escolar.
En cuanto al regreso a clases presenciales, el 53.5% de los estudiantes prefiere regresar de manera mixta, 32.5% totalmente presencial, 12.1% de manera virtual y 1.8% no continuará sus estudios.
Todos los datos anteriores muestran una generalidad del sistema educativo en sus niveles medio y superior, que, sin duda, debe derivar en acciones específicas que aminoren el impacto de la pandemia en la educación. Buscar alternativas de apoyo en el aspecto socioemocional, de organización, académicas, pedagógicas y económicas en los estudiantes, con políticas públicas que impulsen modelos educativos inclusivos y de financiamiento para la educación media y superior.
El reto actual es aplicar estrategias de intervención para atender las repercusiones emocionales en los estudiantes por el aislamiento en este tiempo de pandemia por Covid-19. Se tiene que promover el máximo logro de aprovechamiento académico de los aprendizajes con actividades significativas y creativas que fomenten la colaboración y la socialización. Con la finalidad de generar el gusto por crear en los espacios de aprendizaje presencial mediados por tecnología y en espacios virtuales que propicien la equidad de oportunidad y de inclusión social ante la diversidad.
Referencia:
Secretaria de Educación Pública. (2022). Informe de la “Encuesta Nacional COVID-19: La Comunidad Estudiantil ante la Emergencia Sanitaria”. Consultado el 1 abril de 2022 en