El 60% de los municipios en Colima tienen altos niveles de violencia: Coneval

Colima, México, Avanzada (11/02/2021).- Colima es uno de los cuatro estados con mayor proporción de municipios con altos niveles de violencia, de acuerdo con el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2020, del Consejo Nacional de Evaluación de las Políticas Sociales (Coneval).

“Las cuatro entidades que presentan una mayor proporción de municipios con altos niveles de violencia son Baja California (100 por ciento), Ciudad de México (68.8 por ciento), Baja California Sur y Colima (ambas con 60 por ciento)”, señala el estudio.

Indica que de acuerdo con la metodología para la determinación de las Zonas de Atención Prioritaria (ZAP), “la pobreza y la desigualdad son las primeras causas estructurales de la violencia”.

En consonancia con ello, son elegibles para las ZAP los municipios con altos niveles de violencia identificados a partir de la cantidad de delitos. Este indicador es definido como “la ocurrencia de delitos registrados en averiguaciones previas iniciadas o carpetas de investigación reportadas por las Procuradurías de Justicia y Fiscalías Generales de las entidades federativas”.

Respecto a los indicadores de la medición multidimensional de la pobreza en el grupo de municipios con altos niveles de violencia, el informe del Coneval permite observar que con excepción de la carencia por acceso a servicios de salud, que los niveles de carencias sociales se encuentran por debajo del porcentaje del promedio nacional.

Adicionalmente, se observan brechas de 15 por ciento y 12 por ciento en pobreza y pobreza extrema, respectivamente; para el caso de la carencia por acceso a servicios básicos en la vivienda (26.8 por ciento), carencia por acceso a la seguridad social (9.6 por ciento), rezago educativo (8.6 por ciento), carencia por calidad y espacios de la vivienda (7.7 por ciento) y carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad (2.5 por ciento) también se presentan brechas importantes, resaltando la primera por contar con la mayor diferencia.

Todas estas discrepancias reflejan mejores condiciones en los niveles de carencia para los municipios con altos niveles de violencia con respecto al promedio nacional.

Por otro lado, añade, el grupo de municipios con altos niveles de violencia presenta heterogeneidades en su interior, de acuerdo con la dispersión y la variabilidad de los indicadores de la medición multidimensional de la pobreza.

“Se observa mayor intensidad en pobreza y carencia por acceso a la seguridad social, debido a que sus medianas son superiores a 50 por ciento y sus rangos presentan las mayores amplitudes, oscilando de 5 a 96.6 y de 26.6 a 94.2 puntos porcentuales, respectivamente”.

En cuanto a pobreza extrema, rezago educativo, carencia por acceso a los servicios de salud, carencia por acceso a los servicios básicos en la vivienda, carencia por calidad y espacios de la vivienda, y carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad, si bien los datos muestran que sus medianas están por debajo de 21 por ciento y cuentan poca varianza en su rango intercuartil, todos presentan valores atípicos negativos.

“Existe evidencia que muestra que, en general, la relación entre vulnerabilidad o pobreza (ambas medidas con base en carencias sociales) y violencia no es clara; es decir, las zonas donde habita población con altos niveles de carencias no necesariamente son las que cuentan con incidencia delictiva”.

Así también, se han realizado estudios que afirman que el crimen organizado genera una gran derrama económica en los lugares que opera. Sin embargo, aunque esto pueda reflejarse en menores niveles de carencia, no implica el ejercicio efectivo de los derechos sociales.

En este sentido, puntualiza el estudio, las medidas de aislamiento social para hacer frente a la actual crisis sanitaria no necesariamente han tenido un impacto positivo en los niveles de violencia en el país. Al respecto, la CCSA (2020) ha mostrado que en países como México, con altos niveles delictivos, la violencia ha aumentado para aquellas prácticas que suceden predominantemente dentro de los hogares.

De acuerdo con ONU Mujeres, las medidas de distanciamiento social han tenido como consecuencia un aumento en la violencia doméstica contra mujeres, niñas, niños y adolescentes, al mismo tiempo que han contribuido a la ampliación de barreras que les impiden salir de sus contextos de violencia.

Asimismo, de acuerdo con UNICEF, la emergencia sanitaria y las medidas de distanciamiento social para su mitigación pueden traer como consecuencia la reducción de servicios necesarios para atender a las víctimas de violencia, tales como la prestación de servicios sociales, psicológicos, de salud o de acceso a la justicia, comprometiendo aún más la situación de mujeres, niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia.