Columna
El Puercoespín
‘Al grito de “Fuera Rocha, Fuera Rocha”, “Los niños no se tocan”, “Culiacán está de luto” y “Queremos Paz”, cientos de familias, maestros, estudiantes y trabajadores de Culiacán, Sinaloa, salieron a las calles hartos de la inseguridad y violencia que asola a la entidad, y en repudio al asesinato de un padre de familia y sus dos hijos. Los manifestantes irrumpieron en la sede del Palacio de Gobierno, rompiendo cristales y se dirigieron a la oficina del mandatario estatal, el morenista Rubén Rocha Moya, a quien exigían los atendiera.’ (La jornada 23-01-2025)
Desde el pasado 9 de septiembre se inició una cruenta disputa entre las dos principales facciones del cártel de Sinaloa: Los Chapitos y Los Mayitos, que a la fecha ha dejado, en Sinaloa,más de 700 asesinatos, de acuerdo con cifras oficiales.
Y desde antes de elección el señor Rubén Rocha Moya ha sido acusado de estar ligado con el narcotráfico y consecuentemente financiado por los grupos criminales.
Ya en el poder fue acusado de haber participado en el secuestro de El Mayo Zambada y el asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda; sin embargo, el entonces presidente Amlo declaró “Vamos a seguir apoyando al gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y a su pueblo; quien quiera estigmatizar a este bello estado, que se quede con su historia, porque hombres y mujeres de Sinaloa son buenos mexicanos y mexicanas, hombres y mujeres de trabajo”, (revista Proceso).
El Mayo Zambada hizo pública una carta donde da testimonio de la participación del gobernador Rubén Rocha Moya y la misma Fiscalía General de la República avaló lo dicho por Zambada dejando al descubierto la presunta participación y relación del gobernador con los narcotraficantes.
El 12 de agosto de 2024 los gobernadores de Morena también apoyaron al gobernador Rocha Moya en un desplegado conjunto dijeron: “Expresamos nuestro absoluto respaldo al compañero Rubén Rocha Moya, gobernador constitucional del estado de Sinaloa, ante las mentiras y estigmatización de las que ha sido objeto en días recientes”.
Con la nueva presidenta el mismísimo secretario de Seguridad Ciudadana se fue a vivir a Sinaloa para atacar la violencia desatada en el estado.
Está claro que en Sinaloa está hecha añicos la gobernanza e inicia un periodo de ingobernabilidad. La gente harta de la violencia ya se está animando a salir a la calle.
En Colima estamos caminando sobre los mismos pasos, la gobernadora y los presidentes municipales -mayoritariamente de Morena-, ha venido haciendo añicos la gobernanza y estamos a un tris tras de que la ingobernabilidad se haga presente.
Una muestra de este fenómeno es la próxima pasada consulta sobre una ciclovía llevada a cabo en la ciudad y puerto de Manzanillo donde prácticamente casi nadie atendió la convocatoria de la presidenta municipal.
Lo ocurrido en Sinaloa es un ejemplo de cómo el hartazgo por la violencia ha comenzado a provocar manifestaciones contra el gobernador.
La fortaleza de los programas del bienestar tiene sus límites. El pueblo de Sinaloa distingue perfectamente lo local de lo nacional y sabe que, si bien, ha recibido beneficios por los programas nacionales del bienestar también es cierto que el gobernador ha sido incapaz de controlar la violencia ni aclarado sus ligas con el crimen organizado.
En Colima nuestros gobernantes tampoco parecen entender ni le han dado una correcta lectura a lo que ocurrió en la consulta caricatura de la ciclovía en Manzanillo.
La gente no concurrió masivamente a la consulta porque no reconoce el liderazgo de Rosi Bayardo, como tampoco reconoce el liderazgo personal de la gobernadora. Ella solo existe cuando el partido Morena moviliza a todos los beneficiarios de los programas sociales del bienestar.
A la consulta de Bayardo solo acudió el 0.04 % de sus votantes en la elección constitucional e Indira Vizcaino sigue en los últimos lugares de aprobación, según la Revista 32 ella aparece en el lugar 29 de los 32 gobernadores con tan solo con el 17 % de aprobación de los ciudadanos.
La mala lectura de estos datos las hace suponer, de acuerdo con la intención del voto de Morena, que están haciendo las cosas muy bien, pero si le damos lectura a sus cifras de aprobación y los contrastamos con los llamados a participar en una consulta pública se observa que carecen de credibilidad y de autoridad moral y política para convocar a realizar cualquier proyecto.
En pocas palabras, la gente las ve inconsecuentes entre lo que hace el Gobierno de México y lo que hacen en los gobiernos estatal y municipales.
Los gobernadores ni los dirigentes de Morena se han disculpado ante el pueblo de Sinaloa por apoyar a un tipo que presuntamente está ligado al crimen organizado y está llevando al estado a niveles de desestabilización sin precedentes.
Un fantasma recorre a Sinaloa, el fantasma de la ingobernabilidad.
Colima no está muy lejos de ese tipo de realidades porque las encargadas de los ejecutivos municipales y el estatal carecen de credibilidad y autoridad moral y política para tomar decisiones importantes.
Las decisiones que transformarán el Poder Judicial y los potenciales impuestos que pretenden implantar carecen de los consensos que solo te lo dan la gobernanza.
Un fantasma subyace en la realidad política de Colima, el fantasma de la gobernabilidad.