El gobierno alemán impulsa una transformación en su política de defensa con el apoyo de tecnologías futuristas, recorte de burocracia y colaboración directa con startups. La meta: convertir a Alemania en un líder militar europeo en plena era de guerra digital.
Alemania, Avanzada (25/07/2025).- tradicionalmente reservada en asuntos militares, está apostando por un ambicioso giro en su estrategia de defensa que incluye la integración de inteligencia artificial, drones de combate y hasta insectos modificados con fines de espionaje.
Impulsado por el gobierno del canciller Friedrich Merz, este cambio estructural responde a un entorno global más inestable y a la creciente incertidumbre sobre el respaldo militar de E.U. Como respuesta, Berlín proyecta casi triplicar su presupuesto regular de defensa y alcanzar los 162 mil millones de euros anuales hacia 2029.
Una de las piezas centrales de esta nueva visión es el involucramiento de startups tecnológicas que están desarrollando soluciones que hasta hace poco parecían salidas de una novela de ciencia ficción. Swarm Biotactics, por ejemplo, trabaja en el desarrollo de cucarachas cíborg equipadas con microcámaras, sensores y sistemas de comunicación. Estos “biorrobots” pueden ser controlados por estímulos eléctricos y están diseñados para operar en zonas de combate, recabando información en tiempo real.
“Podemos dirigirlos individualmente o desplegarlos en enjambres autónomos”, explicó Stefan Wilhelm, director ejecutivo de la empresa. La idea es que se infiltren en espacios hostiles sin ser detectados.
Este tipo de iniciativas se ha vuelto más viable gracias a una reforma impulsada por el gabinete de Merz, que elimina trabas burocráticas para que nuevas empresas con liquidez limitada accedan a licitaciones gubernamentales. Ahora, incluso podrán recibir pagos por adelantado. Además, se pretende limitar la competencia a empresas dentro de la Unión Europea, en un intento por fortalecer la soberanía tecnológica regional.
Marc Wietfeld, fundador de ARX Robotics, una empresa especializada en robots autónomos, aseguró que la actitud del gobierno ha cambiado radicalmente. “El ministro de Defensa me dijo: ‘El dinero ya no es la excusa. Ahora es prioridad’”, relató.
La transformación se da en un país históricamente marcado por el trauma del militarismo nazi y una cultura pacifista de posguerra. Durante décadas, Alemania confió en las garantías de seguridad de E.U. y mantuvo un sector militar conservador, con un enfoque más técnico que innovador.
Pero eso quedó atrás. Empresas emergentes como Helsing —considerada hoy la startup de defensa más valiosa de Europa— están liderando la nueva ola. Fundada hace cuatro años, esta firma con sede en Múnich desarrolla drones de ataque e inteligencia artificial para el campo de batalla. Su valor de mercado se duplicó recientemente, alcanzando los 12 mil millones de dólares.
“El ataque ruso a Ucrania fue un punto de quiebre”, afirmó Gundbert Scherf, cofundador de Helsing. “Por primera vez en décadas, Europa está invirtiendo más que Estados Unidos en la adquisición de tecnología militar”.
Scherf compara este momento con el Proyecto Manhattan, el programa científico estadounidense que desarrolló la bomba atómica en la Segunda Guerra Mundial. Según él, Europa atraviesa una transformación tecnológica de proporciones similares, aunque centrada ahora en la guerra digital, los sistemas autónomos y la ciberdefensa.
Alemania busca no solo modernizar sus capacidades bélicas, sino también liderar una nueva era de innovación militar en Europa. Para ello, el país ya comenzó a integrar a estas startups dentro del ecosistema de asesoramiento gubernamental, junto con gigantes como Rheinmetall o Hensoldt, que dominan el suministro de armamento convencional.
La meta es clara: recuperar el tiempo perdido y convertir a la mayor economía del continente en una potencia defensiva del siglo XXI.