Ovidio Guzmán López, uno de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, compareció ante una corte federal en Nueva York, donde aceptó su responsabilidad penal como parte de un acuerdo con la justicia estadounidense. El documento judicial contempla que colaborará con información a cambio de beneficios que suelen otorgarse a capos detenidos.
Avanzada (01/07/2025).– Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán e identificado como una de las figuras clave dentro del Cártel de Sinaloa, compareció este lunes ante una corte federal en Manhattan, donde admitió su culpabilidad en relación con los cargos que enfrenta en Estados Unidos por tráfico de drogas y delitos conexos.
Durante una audiencia de apenas 15 minutos, Guzmán López, de 35 años, apareció con un uniforme color naranja, mientras se comunicaba mediante un traductor. Su defensa confirmó que se encuentra en negociaciones con el sistema judicial para obtener ciertos beneficios legales a cambio de proporcionar información relevante a las autoridades federales.
Fuentes vinculadas al proceso confirmaron que Guzmán López se comprometió a cooperar con agencias estadounidenses, un recurso que Washington ha utilizado históricamente con altos mandos del narcotráfico para desarticular redes criminales. Esta colaboración, aunque aún no se detalla públicamente, podría incluir testimonios, identificación de rutas y estructuras operativas del Cártel de Sinaloa, a cambio de una eventual reducción de condena o condiciones penitenciarias favorables.
El abogado del acusado, Jeffrey Lichtman, aseguró que su cliente no ha recuperado del todo su salud tras someterse a una cirugía estomacal el año pasado, y que actualmente se encuentra bajo tratamiento permanente para controlar problemas de ansiedad y depresión. Añadió que Guzmán es una persona “tranquila y reflexiva”, y que extraña profundamente a su esposa e hijos.
Respecto a las penas que enfrenta, el fiscal Andrew Erskine detalló que por los cinco cargos imputados, Guzmán podría ser sentenciado a entre 10 años de prisión y cadena perpetua, aunque el acuerdo de cooperación abre la puerta a una posible disminución en la severidad del castigo. También precisó que la pena de muerte ha sido descartada como parte del trato de extradición.
La próxima audiencia está agendada para el 09 de julio de 2025 y el caso seguirá su curso en una corte del estado de Illinois.
Tras la condena de su padre en 2019, Ovidio y sus hermanos asumieron el control de una fracción del Cártel de Sinaloa, diversificando su operación criminal hacia el tráfico de metanfetamina y fentanilo, lo que provocó una nueva ola de violencia y atención internacional. Su arresto en enero pasado, en Culiacán, generó un estallido de violencia que dejó 30 muertos, entre ellos 10 militares, y puso en jaque la seguridad aérea y terrestre de la capital sinaloense.
Años antes, en 2019, un primer intento por detenerlo también derivó en fuertes enfrentamientos, lo que obligó al gobierno mexicano a suspender el operativo. La estrategia del grupo conocido como “Los Chapitos” —según documentos oficiales— buscaba inundar el mercado estadounidense con fentanilo a precios reducidos, algo que los hermanos han negado en una carta pública donde aseguran ser víctimas de una persecución política.
Pese a estas declaraciones, el proceso contra Ovidio Guzmán avanza, y su decisión de colaborar con las autoridades marca un giro relevante en la lucha binacional contra el narcotráfico. Desde Washington, la asesora de Seguridad Nacional, Liz Sherwood-Randall, calificó su extradición como un ejemplo del compromiso compartido entre ambos gobiernos en temas de seguridad y combate a las drogas.
Mientras tanto, en México, Iván Archivaldo Guzmán —otro de los hijos de “El Chapo”— mantiene una confrontación armada con células rivales como la encabezada por “El Mayito Flaco”, situación que sigue desestabilizando regiones enteras del noroeste del país.