Dos niños robaron un auto, en su huida arrastraron a una niña hasta morir

Argentina, Avanzada (27/02/2025).- Kim Gómez tenía solo siete años y su último grito aún retumba en el barrio Altos de San Lorenzo. La escucharon los testigos. La escucharon los vecinos que, impotentes, vieron cómo su pequeño cuerpo era arrastrado sin piedad por más de diez cuadras. La escuchó su madre, quien hoy solo pide justicia.

Todo ocurrió en cuestión de segundos. En una parada de semáforo, su madre esperaba la luz verde cuando dos adolescentes, de 14 y 17 años, aprovecharon el momento para abrir la puerta, amenazarla y bajarla a la fuerza. Luego, se llevaron el Fiat Palio rojo sin notar –o sin importarles– que dentro estaba la niña.

Kim intentó escapar. Forcejeó con el cinturón de seguridad mientras el auto se alejaba a toda velocidad. Los testigos vieron lo que nadie quisiera haber visto: los ladrones intentaron sacarla por la ventanilla. No pudieron. El vehículo seguía en marcha. La niña quedó atrapada, enganchada de alguna forma entre el asiento y la estructura del automóvil.

Durante diez interminables cuadras, Kim fue arrastrada. Sus pequeños brazos y piernas golpeaban contra el pavimento, su cuerpo se estremecía con cada bache del camino. Cuando los delincuentes perdieron el control y chocaron contra un poste de luz, su cuerpecito quedó bajo el auto. Cuando los forenses llegaron, no hubo dudas: las heridas del arrastre y el impacto le provocaron un shock hipovolémico fatal.

El barrio se estremeció con la noticia. Los vecinos, indignados y con el dolor en carne viva, salieron a las calles exigiendo justicia. El padre de Kim, entre lágrimas, pidió una sola cosa: “Que sufran lo mismo que mi hija”. Mientras tanto, la ciudad ardía en rabia. La tensión escaló hasta la Municipalidad de La Plata, donde algunos manifestantes rompieron ventanas, mamparas y golpearon puertas en un grito desesperado por justicia.

El menor de 17 años fue entregado por su propio padre a la policía. “Que se pudra en la cárcel”, dijo sin titubeos. El otro, de 14, es inimputable, pero permanecerá en un centro de contención de menores. La fiscal María José Lezcano encabeza la investigación, mientras la sociedad se pregunta cómo alguien pudo ser capaz de semejante atrocidad.

Kim tenía siete años. Siete. Y solo quería volver a casa con su mamá.