Colima, México, Avanzada (07/11/2025).- A las siete de la mañana, la fila afuera de la Central de los Rojos se mueve lento. No porque el tráfico lo impida, sino porque los camiones urbanos llegan tarde, llenos y con el mismo rugido viejo que hace años acompaña los trayectos de quienes dependen del transporte público. “Nos subieron el pasaje, pero no la calidad”, reclama doña Martha, trabajadora doméstica que lleva más de dos décadas tomando la misma ruta.
Han pasado casi cuatro años desde que la entonces recién estrenada Gobernadora de Colima, Indira Vizcaíno Silva, prometió transformar la movilidad en el estado. El 20 de enero de 2022, anunció que su administración preparaba iniciativas para adecuar el transporte público “a las necesidades de cada localidad”, una revisión integral que prometía modernización, rutas nuevas y seguridad. Pero en las calles, la realidad no se ha movido ni un centímetro.
Desde el inicio, los anuncios fueron grandes y los resultados escasos. En noviembre de 2021, la primera subsecretaria de Movilidad del actual gobierno, Blanca Livier Rodríguez Osorio, una enfermera con nula experiencia en el ramo, aseguró que la dependencia “había sido olvidada” y que ella encabezaría la transformación. No duró mucho. En enero de 2023 fue reemplazada por Armando González Manzo, ingeniero, quien también fue removido este año, en septiembre, para dar paso a Blanca Ciria Ballesteros Uribe. Tres titulares en menos de cuatro años, y el transporte público sigue siendo el mismo: ineficiente, caro y deteriorado.
En junio de 2024, la administración estatal autorizó un incremento del 50 por ciento en la tarifa del transporte urbano y suburbano. En Colima y Villa de Álvarez, el costo pasó de 8 a 12 pesos; en Manzanillo a 13, y en Tecomán a 10. El argumento oficial fue contundente: el dinero serviría para modernizar unidades y mejorar el servicio. Sin embargo, año y medio después, lo único que ha cambiado es el precio.
Mientras tanto, los usuarios , principalmente estudiantes y trabajadores, sienten el golpe directo en el bolsillo. Antes del aumento, una persona que tomaba dos camiones diarios gastaba 96 pesos a la semana; hoy paga 144. “Dicen que el aumento era para mejorar, pero ni aire traen los camiones”, lamenta Jorge, trabajador de una ladrillera.
El 23 de octubre de este año, la titular de la Secretaría de Infraestructura, Desarrollo Urbano y Movilidad (Seidur), Marisol Neri León, anunció que el gobierno trabaja en un diagnóstico para reestructurar rutas y rehabilitar paradas, “Estamos trabajando de manera coordinada con la Subsecretaría de Movilidad y con el área de Desarrollo Urbano para integrar este estudio y que pueda contemplar todo el sistema logístico del transporte”.
Por su parte, la gobernadora refirió que el proyecto es parte del Sistema Integrado de Transporte, “no es un estudio sencillo ni rápido, pero con el trabajo que encabeza Blanca Ballesteros en la Subsecretaría de Movilidad, estamos sentando las bases para que Colima tenga un sistema de transporte moderno, eficiente y digno. Este proyecto será una de las herencias más importantes de nuestro gobierno”, expresó la mandataria.
En los barrios, los usuarios siguen esperando autobuses que a veces tardan más de media hora en pasar; en los municipios, los mototaxis siguen siendo ilegales; y en las promesas de modernización, la movilidad parece estancada.