Ricardo Anaya, el corrupto, está de vuelta

Columna

El Puercoespín

Ricardo Anaya es un joven venal y político mexicano involucrado en múltiples casos de corrupción.

Nació un 25 de febrero de 1979, fue diputado local, federal y senador de la República por el partido Acción Nacional. Con Felipe Calderón llegó al puesto de subsecretario de Turismo. En 2018 compitió por la Presidencia de la República por los partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano obteniendo el 22 % de los votos.  

Coordinador del Senado

Al arrancar su reunión plenaria en Aguascalientes, los senadores panistas y el líder nacional del albiazul, Jorge Romero Herrera, efectuaron una encerrona para definir al coordinador.  

El senador y ex candidato presidencial del PAN, Ricardo Anaya Cortés, fue nombrado hoy como el nuevo coordinador del Grupo Parlamentario de Acción Nacional en el Senado.  

Los senadores del PAN hicieron una operación cicatriz debido a que varios de los senadores no apoyaban a Ricardo Anaya como su líder en la Cámara Alta.  

La cauda de corrupción 

Ricardo Anaya fue el líder de la Cámara de Diputados cuando los diputados del Prian, muertos de la risa, el mero día de la virgen de Guadalupe, aprobaron la ley energética que ponía a disposición de la iniciativa privada las dos más grandes empresas del Estado mexicano: Pemex y CFE.

Emilio Lozoya declaró ante la FGR que le entregó a Ricardo Anaya la cantidad de seis millones ochocientos mil pesos de parte de la empresa brasileña Odebrecht para la aprobación de dicha ley energética. 

También fue acusado por lavado de dinero a través de la asociación civil Por más Humanismo.

Su propio compañero de partido Ernesto Cordero y de gabinete Javier Lozano lo acusaron de enriquecimiento ilícito y lavado de dinero. Por el caso de la construcción de unas naves industriales en Querétaro y un mal manejo de una caja de ahorros.

Por causa de todo lo anterior Ricardo Anaya se encontraba fuera del país desde 2018 para evitar ser detenido y puesto ante la justicia.

El PAN de Marko Cortés lo hizo senador y en forma furtiva entró al país y protestó como senador para adquirir fuero constitucional.

La oposición liderada por el PAN se pega un tiro en el pie, pues en lugar de buscar nuevos cuadros y emprender la construcción de un proyecto alternativo de gobierno decide irse por el mismo camino por el que, desde hace seis años, vienen perdiendo una tras otra las elecciones, tanto federales,como la mayoría de las locales.

Ricardo Anya es el símbolo del cinismo, la corrupción y la impunidad. Carece de autoridad moral, por tanto, de autoridad política.

Con esta oposición Morena puede cometer todos los errores del mundo y nada pasará.

La verdad es que la derecha conservadora no encuentra la salida y Ricardo Anaya representa el saqueo, la desigualdad y la injusticia para millones de mexicanos. 

El PAN ha optado por darse un terrible balazo en el pie y tal parece que pretende acelerar su desaparición. No ven salida. Hasta ahora no han visto posibilidades de reinventarse y de impulsar nuevos rostros y nuevo discurso, la retórica de Anaya es pseudo verdadera y más propia de un merolico que de un político que pretende construir una nueva visión del país.

El PAN decidió hundirse -y lo está logrando-, además está en todo su derecho.