170 cadáveres; el mayor campo de exterminio en Colima: En sigilo

Editorial

El descubrimiento de 170 cadáveres y/o restos humanos en fosas clandestinas en la comunidad de Agua de la Virgen, municipio de Ixtlahuacán, Colima, ha generado un silencio desconcertante por parte de las autoridades federales, estatales y municipales. Este hallazgo, realizado por agencias como la Guardia Nacional, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Comisión Nacional de Búsqueda, ha expuesto una realidad alarmante en la región, evidenciando la gravedad de la crisis de seguridad en Colima.

El municipio de Ixtlahuacán se sumó a la lista de zonas afectadas por la presencia de fosas clandestinas en el estado, siendo este el hallazgo más significativo en la entidad hasta la fecha. Anteriormente, municipios como Tecomán también fueron escenario de descubrimientos macabros, lo que pone de manifiesto la magnitud del problema del narcotráfico y la violencia en la región.

A pesar de la relevancia del tema y su impacto en la seguridad y la vida de los colimenses, las autoridades no han brindado información detallada sobre las investigaciones en curso ni sobre los resultados de las excavaciones. La falta de transparencia y el secretismo que rodea este caso han generado incertidumbre y preocupación entre la población, así como entre los colectivos de personas buscadoras de desaparecidos, que exigen respuestas y acciones concretas por parte de las autoridades.

Es especialmente preocupante que, en el contexto de la actual contienda electoral, ninguno de los candidatos que aspiran a gobernar el estado haya presentado propuestas claras y contundentes para enfrentar el problema del narcotráfico y la violencia. Ante una situación tan grave como la que enfrenta Colima, la ausencia de medidas concretas por parte de los candidatos resulta incomprensible y cuestionable.

En este contexto, la presencia o ausencia de los candidatos en la contienda electoral carece de sentido si no están dispuestos a abordar de manera seria y efectiva la crisis de seguridad en el estado. Los colimenses merecen candidatos comprometidos con el cumplimiento del estado de derecho y es responsabilidad de los aspirantes presentar propuestas sólidas y viables para enfrentar los desafíos que enfrenta la entidad.